RIDE THE RAIL – PATRICIA VAN DALEN
Nagari Magazine, by: Eduard Reboll
Publicado el 01/10/2017
La Galería ArtMedia ha invitado a la artista visual Patricia Van Dalen a presentar su nueva exposición individual, concebida y diseñada especialmente para este espacio. Ride the rail, curada por José Antonio Navarrete, es el resultado de la inmersión que la artista hizo en su experiencia personal de desplazamiento, así como en problemáticas culturales y artísticas relacionadas con el paisaje como concepto y como artefacto de representación.
Para Ride the rail, Van Dalen ha utilizado varios métodos de trabajos y medios, incluyendo el ensamblaje, la pintura sobre papel, la fotografía y, por primera vez en su carrera, el video. Ella desarrolló este cuerpo de trabajo durante el primer semestre del 2017 en relación con un viaje corto que hizo a un lugar invernal, donde se exaltó el sentido de extrañeza predominante en su proceso de inmigración. En estas propuestas, Van Dalen ha impulsado los límites representacionales y las posibilidades de las tecnologías de los medios tecnológicos como la fotografía y el video.
La pieza Intercity, una instalación a gran escala, traza el mapa hipotético de las rutas de tren con 160 fotografías compiladas a partir de un paisaje de nieve y mostradas en el orden en que fueron tomadas. La segunda instalación de fotografía, Twenty-Three shots, explora la transformación de fotografías en fotogramas de una secuencia de película. El video Single shot presenta múltiples variaciones de una misma imagen fotográfica a la cual se le alteran características como el color, las intensidades de luz, etc., mientras que el video Poles convierte las fotografías de una continuidad interrumpida por postes de electricidad en un viaje imaginario a lo largo del paisaje.
Gracias al contexto creado por la exposición y el título específico de esta otra pieza, Setting, un ensamblaje abstracto constructivista, podría ser leído como una deconstrucción geométrica y cromática del propio paisaje al cual se alude en el resto de las piezas. Por último, las piezas de pintura sobre papel, Les Masses, sostienen el gesto emocional que la artista exhibe bajo el estímulo directo del paisaje; esta obra evidencia la esencia pictórica que sostiene la trayectoria de Van Dalen desde hace más de treinta y cinco años. En consecuencia, Ride the Rail, parece una “situación artística” donde diferentes obras de arte revelan fuertes relaciones y formas de comunicación entre ellas.
En estas obras, la persistencia de las ventanas dentro de los vagones de los trenes es quizá una cita de la tradición pictórica de mirar el paisaje a través de un marco, particularmente aquel alimentado por cuadros, películas y la industria turística. De hecho, muchas fotografías se parecen a las postales en su capacidad de dispositivos de memoria -especialmente, pero no sólo, en Intercity. La artista ha situado la experiencia del desplazamiento y del viaje entre los restos de una memoria afectiva y las referencias de esta experiencia construida en el arte y las prácticas culturales.
Ride the rail es la segunda exposición individual que Van Dalen desarrolla en la galería ArtMedia. En el 2013, con High Voltage, fue la primera vez que la artista incluyó el medio fotográfico como parte de la muestra. Este medio artístico comenzó a formar parte de su trabajo cuando se mudó a Estados Unidos. Con la migración, su obra también experimentó un cambio en la paleta de colores, agregando la escala de negros, grises y blancos. Así mismo, Van Dalen trabajó el cambio del uso de la cola plástica en los collages por el uso de la grapa en el cuerpo de trabajo realizado enteramente en 2016: “Engrapadas”, obra en papel exhibida bajo el título “Operativo grapas” en Wynwood, Miami, buscando reflejar en la problemática estética temas como la burocracia, la política y el desarraigo. Esta exposición fue una gran puesta en escena que duró únicamente cuatro horas, en la cual los visitantes formaban parte involuntaria de un proceso que relacionaba arte con burocracia.
Desde sus últimas exposiciones individuales en Caracas en el 2012, El color como estructura, exhibidas simultáneamente en La Caja-Centro Cultural Chacao y la galería GBG Arts, Van Dalen se ha dedicado a incorporar y desarrollar una obra que experimenta sismos importantes, proyectando un desplazamiento interno asociado a la situación actual venezolana.
RIDE THE RAIL – Obra reciente de Patricia Van Dalen en ArtMedia Gallery
Desde el 7 de julio hasta el 28 de septiembre de 2017.
Clausura: jueves 28 de septiembre de 5 pm a 8 pm.
Dirección: 2750 NW 3rd Ave. Unit 12, Miami FL 33127, United States
Sobre la artista
Patricia Van Dalen es una reconocida artista venezolana establecida en Miami. Con una extensa producción en artes visuales de más de treinta y cinco años, su versátil cuerpo de trabajo abarca la pintura, la gráfica, el collage, la fotografía, las intervenciones e instalaciones temporales, el diseño de vitrales, tapices y alfombras, así como obras incorporadas en espacios arquitectónicos, tanto públicos como privados. Entre sus obras más reconocidas, Van Dalen es autora de Jardín Lumínico en la autopista de Prados del Este en Caracas (2004-2005) y Luminous Gardens en el jardín botánico Fairchild Tropical Garden en Miami (2003).
Ride the rail – Statement de Patricia Van Dalen
Desde el reino de los trenes en miniatura que se armaba en casa de mi familia emerge el recuerdo de ese fantástico juego de múltiples elementos -escala HO- que emulaba a los trenes reales, cuya velocidad se controlaba con un artefacto y que estaban dispuestos en un escenario realista soportado sobre una mesa gigante. La fascinación que me produjeran los recorridos de aquel pequeño ferrocarril rodando sobre diversos circuitos es semejante a la que me generan los viajes que, sentada en algún vagón, realicé a través del tiempo entre pueblos, ciudades y países. En esas aventuras pude observar entre un punto y otro de la trayectoria, secuencias de paisajes lejanos, dejando a la imaginación una estela de posibles lugares que no fueron visibles desde mi ventana, y que seguramente quedarían suspendidos en universos paralelos para luego convertirse, ¿por qué no?, en arte, en pensamiento, en obra.
El tema del desplazamiento (principalmente con algún medio de transporte colectivo: bus, tren, barco o avión -vehículos para que se produzcan acontecimientos fortuitos en su transcurrir-), me ha llevado a producir obras que, como las presentes en Ride the rail, cumplen con la proyección del germen de la curiosidad exploradora; aquel que refuerza el deseo de conocer espacios nuevos, para así ampliar la concepción del mundo que uno se construye a lo largo de la vida. La conciencia intermitente de lo aleatorio en una ruta predeterminada se introduce en este nuevo cuerpo de trabajo, mostrando una mirada particular con respecto a los cambios progresivos de contexto, pues ha habido un descolocamiento físico y psíquico en quien se ha desplazado por las áreas geográficas develadas.
El traslado, ese movimiento en el espacio lleno de evocaciones, se puede configurar de varias maneras: se desplaza algo fuera de nosotros mientras permanecemos estáticos; nos desplazamos nosotros mismos y lo demás permanece en su sitio; nos desplazamos y el entorno también se mueve; o, ya mucho más íntimo, se desplaza algo dentro de nosotros de tal modo que se produce un cambio en la percepción.
Todas estas posibilidades aplican en la propuesta expositiva, conformada por situaciones estéticas acordes a la experiencia emocional vivida durante y después de haber viajado de improviso a un lugar que hasta ese momento me era extraño. La relación que se establece entre las diferentes obras en la sala, obras realizadas con recursos, métodos de trabajo y medios variados, es una constante en la investigación que he desarrollado desde hace décadas, que es la de generar productos derivados a partir de una misma idea, es decir, de iteraciones con una gramática y vocabulario comunes, que se materializan a partir de estrategias que llevan en su esencia el lenguaje germinal, el de lo conceptual.
Para llevar a cabo el registro del viaje hacia las montañas nevadas utilicé la cámara del teléfono celular; aparato que dejó de funcionar por las bajas temperaturas al llegar al destino final, tal vez como señal de que más nada debía ser capturado. El material digital obtenido vendría a ser cónsono con mi práctica de hacer arte con elementos comunes, cotidianos, con lo que se tiene a mano. Busco escribir aquí un código sustentado, no tanto en el virtuosismo de una técnica o en la valoración de un material, sino más bien en su modestia. De este modo, pretendo alcanzar lo que considero esencial: producir una obra con tal fuerza originaria que comunique la idea conservando a la vez su misterio, la rareza de aquello que no puede ser nombrado.
Patricia Van Dalen, 2017
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