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Patricia Van Dalen, Artmedia Gallery

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Revistas, Artnexus 93 | Patricia Van Dalen

By KATHERINE CHACÓN

 

Patricia Van Dalen (Maracaibo, Venezuela, 1955) es una de las artistas más reconocidas de su país, donde ha recorrido exitosamente una trayectoria que ronda los treinta años de creación. Su trabajo ha sido desarrollado primordialmente como una constante y densa investigación sobre el color como campo abstracto, la cual se ha expresado en la realización de obras bidimensionales, instalaciones, y piezas integradas a la arquitectura y el entorno urbano. De estas últimas cabe destacar el mural Jardín luminoso de 1.200 m2, ubicado en una de las más transitadas autopistas de la capital venezolana, que se ha convertido, desde su instalación en 2005, en un ícono estético del este de la ciudad.

La formación  de Van Dalen como diseñadora gráfica contribuyó al afianzamiento de un conocimiento riguroso de los elementos de expresión visual y de las infinitas posibilidades plásticas que cada uno de estos tiene, estudiados y trabajados en profundidad, dentro del plano y el espacio. No sería descabellado pensar también que el haber nacido y crecido en la lumínica Maracaibo influyó en la selección del color como elemento de indagación de su obra, hasta ahora.

La trayectoria de Van Dalen ha arribado a los treinta años. El país en el que desarrolló su trabajo ha cambiado y ella forma parte de ese contingente de artistas que busca nuevos horizontes ante una crisis política y moral de dimensiones inmensas. Es éste sin duda un momento decisivo para los venezolanos, y para Van Dalen, un momento crucial en el que las revisiones cobran espesor existencial; una etapa de desprendimiento y experimentación, de cambio y reinvención de una vida y una obra.

La exposición High Voltage ilustra este proceso. En ella nos encontramos con una Van Dalen desconocida: al mismo tiempo madura y nueva. La muestra estuvo conformada por dos instalaciones y dos series fotográficas, la mayoría en blanco y negro. Las imágenes, tomadas con una vieja cámara analógica Leica M3, provienen del juego de líneas que establece el cableado eléctrico de la ciudad sobre el fondo del cielo. En esta ocasión Van Dalen cambia el color por la línea, llevando a sus límites la expresividad del elemento gráfico-representativo.

Si bien esa “fascinación por las cuadrículas” enunciada por la artista se hace evidente en la muestra, quizás sea la creación de tensiones formales y conceptuales lo que prevalece en las obras de la exposición. Las vistas del cableado son, en cierto modo, limítrofes entre el cielo y la tierra; esta tensión está también relacionada con tracción visual ejercida por la direccionalidad de las líneas en diagonal, y aun, con el juego que se establece entre lo representativo y lo abstracto, lo formal y lo narrativo, lo concreto y lo elusivo, y, en fin, entre lo analítico y lo poético.

Antecedentes de esta producción en la que desaparece el color y predomina una austeridad gráfica de la línea fueron la instalación Grilla, realizada en la Galería GBG en Caracas en 2012, y Grid, una instalación actualmente exhibida en el Mercantil Commercebank de Coral Gables, en la que la línea tiene una importancia concomitante al color. Pero en High Voltage estas experiencias son llevadas a estos puntos de tensión que ya mencionábamos.

En Electric Blue, Van Dalen reúne siete fotografías de cables entrecruzados sobre el cielo cerúleo de Miami. Las líneas texturadas y de diverso tono y grosor de los cables sobre el azul límpido son captadas por la cámara de Van Dalen para construir planos abstractos y, al mismo tiempo, cargados de visión urbana.

Wire Garden es una instalación donde la artista ha intervenido los fondos fotográficos de una obra anterior con fragmentos de cintas plásticas que con su sombra replican en el papel las líneas direccionales. El resultado es un delicado mural donde el dibujo no se ha hecho con lápiz, sino con vestigios de imágenes y con sombras.

Spatial Stations está formada por tres fotografías del cableado de las centrales eléctricas. El entramado de líneas direccionales, de llenos y vacíos, así como las vistas en detalles de estas portentosas estructuras, crean un juego abstracto en el que la belleza dura de las máquinas, eso que nos repele y nos atrae de la urbe, surge con la potencia de un paisaje.

En Power Lines reencontramos a la Van Dalen “maestra” del cromatismo. Sólo que en esta pieza el color ha dejado de ser un plano contundente. La artista utiliza fragmentos de tiras plásticas que coloca sobre el plano utilizando alfileres. Su objetivo es mostrar el color como vestigio, como una sombra apenas perceptible en su particularidad cromática sobre el papel.

Por ser una exposición que evidencia un punto de inflexión importante, High Voltage marcará un hito dentro de la trayectoria de esta sensible e inteligente artista venezolana.